"Hace años nuestro pintor eligió una “receta lenta” en la ejecución, con el fin de ir ahondando poco a poco en las calidades del pigmento y extraer de la materia su máxima eficacia expresiva. La témpera al huevo permite a Williams recrear detalles, modelar luces y dar brillo a los colores que adoptan una apariencia similar a la del fresco. Frente a la mancha larga alla prima, prefiere la aplicación en trazos breves y uniformes de finas pinceladas ovilladas, sobre formas bien dibujadas. Con el dominio del temple, logra gradaciones y matices a base de suaves capas de veladuras acuareladas, así como fondos cromáticos de gran intensidad."